Perdido por Tailandia: Atraco en Ko Phi Phi

22 de Enero

Dejamos Hat Yai de buena mañana para poner rumbo a Phi Phi. Metidos en una furgontea, recorrimos de nuevo la selva en dirección contraria y pegando botes, aunque esta vez ya no nos sorprendió tanto. En la furgoneta coincidimos con una pareja koreana, e intentamos practicar un poco el idioma. Sin embargo, pese a la predisposición que tienen todos los koreanos a hablar en koreano con extranjeros (y la alegría que les da), les ganó su gen de ser pastelosos a muerte y de estar siempre en parejas, así que al poco rato de ser medianamente ignorados abandonamos nuestro intento de practicar este complicado idioma.

Paramos en un área de servicio a almorzar (arroz blanco, sin jugársela) y llegamos a Krabi, la ciudad desde la cual tomamos el ferri para llegara la isla de Phi Phi.

Semáforos en Krabi

Bienvendio a Tailandia

El viaje en ferri fue menos aburrido que el del bus, aunque tampoco fuer para tirar cohetes. Cuando te recorres el barco de proa a popa y ves que no tiene nada especial, te resignas a poyarte en la barandilla y contemplar el paisaje, a ser posible poneindo cara de concentrado como si fueras a descubrir algo que nadie había visto antes. El resultado suele ser una veintena de personas unas al lado de las otras y todas mirando al infinito. Y deseando llegar a tierra. Eso sí, las vistas de los islotes y las bahías espectaculares.

Llegamos a la isla y lo primero que tienes que hacer al llegar es pagar una especie de impuesto para "mantener la limpieza de la isla". Este es un impuesto dedicado exclusivamente a los turistas, los tailandeses pasan por otro lado y se abstienen te pagarlo. (Unos 0,5€ o algo así). Tras pagar el impuesto, un tipo nos recogió nuestras mochilacas y nos las llevó en carro hasta el hostel que previeamente habíamos reservado en Hat Yai. Comparado con la habitación de Hat Yai, la de Phi Phi, con ducha, y además agua caliente, era todo un lujazo.

Esa misma tarde hicimos la de Singapur, recorrernos el pueblo buscando un hostel más barato en el que pasar el resto de noches. Nos pillamos unas chanclas y cenamos (un poco de pollo frito con algo de picante y salsas tailandesas... quien dijo miedo?).

Playa norte de Phi Phi, subiendo la marea

El ninja en la palya!

Por la noche salimos a ver cómo se las gastaban en la isla y encontramos un montón de discotecas/pubs en la orilla del mar, y muchos puestos en los que vendían los famosos "cubos" de los que tanto nos habló Rafa. Estuvimos tomándonos unas cervezas en la playa y luego buscamos un lugar un poco más calmado. Al final de la playa encontramos uno con una mesa de billar en la arena y unos tailandeses jugando. Nos pusimos a jugar con ellos y conocimos a una chica española y a un taiwanés, que se habían conocido dos días antes. Quedamos con ellos para ir al día siguiente a visitar Ko Phi Leh, una isla que hay junto a Ko Phi Phi.

Espectáculo de fuegos en la playa