viernes, 25 de febrero de 2011

Perdido por Tailandia: Ko Pangan y el ninja de la lluvia


26 de Enero

Cuando me desperté, Simpei no estaba. No era la primera vez, él se levantaba siempre primero (es lo que tiene ser un ninja). Salí y pedí el desayuno a la propietaria, que cogió la moto y se fue hacia el pueblo y allí me quedé esperando, delante de la playa.
Poco después oí una moto llegar y creí que era la propietaria, pero resultó ser el ninja que la había alquilado.



Despues de desayunar sacamos el mapa y nos propusimos recorrernos la isla con la moto, cruzando por el interior y yendo de playa en playa.

Al principio la cosa fue bien.


Cogimos la única carretera que atravesaba la isla y bajamos al pueblo donde nos había dejado el ferri. Por el camino paramos a ver una de las muchas cataratas que hay en la isla, la de Phaeng Noi.








Seguimos trayecto y paramos a comer en un puestecito al aire libre en mitad de la carretera. Al acabar de comer las propietarias nos dijeron que las siguiéramos a la trastienda y nos presentaron a su mascota:



Siguiendo el mapa nos metimos más hacia dentro de la isla. Al llegar hacia el centro, tomamos dirección este y la cosa empezó a ponerse regulera. El asfalto dio paso a la tierra, las piedras, raíces y sobretodo muchos baches, que el ninja parecía ignorar. Como os podéis imaginar, conducía él, ya que yo con las motos, y nunca mejor dicho, soy un paquete.



Seguimos dirección a una delas playas del este, y llevábamos un río a nuestro lado. Cada poco tiempo algunos letreros informaban de cataratas, con lo que dejábamos la moto, nos metíamos un poco en la selva y las veíamos. Así pudimos ir siguiendo el río hasta la playa.

Al llegar a una bifurcación, nos paramos a mirar el mapa y Shimpei, mirando al cielo sentenció:

-Va a llover en 10 minutos.

Es cierto que estaba nublado, pero llevaba así casi todo el día. Sin embargo el chico aparcó la moto debajo de un merendero y allí nos quedamos.

Efectivamente 10 minutos después empezó a llover. ¡Y qué manera de llover!

Desde el merendero que nos salvó de acabar empadapados

Poco después dejó de llover y seguimos hasta la playa. Llegamos, la vimos, nos dimos un paseillo alrededor y de nuevo a la moto.



Si los caminos de por sí ya estaban mal, con barro y charcos ya eran la leche. A Shimpei todo aquello parecía divertirle aún más, y el tipo venga a pisarle a la moto.

Se le quitó un poco las ganas de jugar cuando nos encontramos a una pareja alemana con la moto rota a causa de un bache y una caída. Aún así y aunque fuéramos despacio yo al día siguiente tenía agujetas en los dedos de agarrarme fuerte a la motejo.




Al pasar por el centro de la isla, que estaba más elevado, se nos vino encima la niebla también. Es que una tormenta tropical sin niebla no es nada claro.



Poco a poco volvimos y atravesamos la isla hacia el oeste. La tormenta también. Nos iba pillando cada rato. Nos refugiamos en bares, cabañas y en una tintorería que había en mitad de la carretera (vaya lugar más apropiado).




Por último llegamos a la costa oeste y fuimos a un lago que hay allí. Cuando estábamos en el lago se agarró a llover y acabamos en un bar de playa que había cerca. Allí nos cayó la buena buena.








Volvimos por la noche al bungalow y pedimos la cena. La mujer volvió a irse (resulta que se iba a por los ingredientes al pueblo) así que estuvimos esperando como una hora a que nos la trajeran. Mientras tanto nos dedicamos a jugar con su hijo que siempre andaba por allí.


Tras la cena nos fuimos al pueblo (llámalo pueblo llámalo 3 calles mal puestas) y unos tailandeses que tocaban la guitarra y bebían nos invitaron a unirnos a ellos. Estuvimos allí un rato y luego nos recomendaron un bar al que ir donde tocaban música en directo.

El lugar era una cabaña enorme donde la gente bebía y había instrumentos. A modo de jam, cada uno cogía alguno y se tocaba alguna canción. Volvimos a ver al español que habíamos conocido en la camioneta y nos presentó a más españoles, dos de ellos valencianos. Tras hablar un rato con ellos resultó que conocían a la amiga de Marina (con la que estuvimos en Phi Phi unos días atrás) y uno de ellos era el guitarrista de la Pulquería. (!!!).

Al cabo de un rato nos fuimos a dormir, que al día siguiente nos tocaba día de viaje...



Ruta de evacuación en caso de Tsunami

Coches llenos de maletas, familias despidiendo a sus hijos universitarios y bares llenos! Mañana empieza la universidad!! WUaaa!!
Se me acaban las vacaciones (desde el 18 de Diciembre, ya era hora) a ver cómo se da este curso! (sin robots, pero con algo de química...)



8 comentarios:

  1. Me parece todo demasiado increible.... =)
    AH! gracias por sacarte en el retrovisor de la moto, todo un detalle...xDD :P

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  2. Pues qué originales que el mono tenga a un ninja como mascota!!!!!.

    Y en cuanto a la tintorería en mitad de la nada, pues normal, para los que van por allí en moto y les pilla la tormenta, ¿qué vas a necesitar?, ¡pues ropa limpia y seca!... qué previsores estos de los ojos rasgados.

    Un besote

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  3. el de la pulqueriaa!!! jaaaa malditas casualidades!! lo son o no??
    que buenooo todooo

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  4. ¿Por qué lado conducen allí? En los caminos, vale, por donde se pueda. Pero en las carreteras, unas veces os adelantan por la derecha y otras por la izquierda. ¿Cada uno va a su bola?

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  5. cómo va esa actualización? el nuevo cuatrimestre no te deja tiempo? se ha convertido en una nueva UPV?

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