martes, 15 de febrero de 2011

Perdido por Tailandia: Hat Yai y el masaje tailandés

21 de Enero

Por la mañana temprano cogimos una furgoneta desde el hotel de Penang. El objetivo era llegar a la isla de Phi Phi, pero el viaje era de unas 15 horas y no queríamos hacer un viaje tan largo (ay si supiéramos lo que nos esperaba después) así que decidimos hacer noche en Hat Yai, una de las primeras ciudades al pasar la frontera malayo-tailandesa.

Nos subimos en una furgoneta con una pareja árabe, un hindú, dos turistas, dos tailandeses muy sospechosos que se bajaron antes de llegar a la frontera en medio del campo y misteriosamente se subieron después de pasar la frontera también recogidos en medio de ninguna parte y una señora que no hacía más que discutir con el conductor. El conductor chiflado, o eso nos pareció a nosotros, pobres ingenuos, que no sabíamos como se las gastaban en Tailandia.

En Tailandia la línea discontinua parece que no existe, y en cualquier momento puedes adelantar si le echas cocos al asunto. Luego que el camión que aparezca de frente frene o no ya no es cosa tuya claro. Y entre jungla, curvas, motos suicidas y camiones que venían de frente (ya sea porque nosotros adelantábamos en mal momento o por que ellos hacían lo mismo) tuvimos un viajecito muy animado.

Llegamos a Tailandia y pagamos el pato. Para que nos vamos a engañar. Estábamos en medio de Hat Yai, sin saber muy bien dónde, con las mochilacas, y una camioneta se acercó nos dijo que a dónde nos llevaba. Luego aprendimos que ese es el sistema de taxis que normalmente se gasta allí, aunque la tarifa que nos aplicó no es la que normalmente aplican allí.

De todas formas tuvimos suerte porque en Hat Yai, todo estaba por lo menos a la mitad de precio de lo que luego encontramos en Bangkok o en Chiang Mai, con lo que nuestro "aprendizaje" en el regateo y los precios tailandeses nos salió relativamente barato.




En Hat Yai decidimos tomarnos el día un poco para descansar y planear el viaje. Reservamos transporte para Phi Phi al día siguiente y nos dimos una vuelta por la ciudad. Vimos muchas ofertas de masajes tailandeses por el centro así que preguntamos en el sitio donde habíamos reservado para que nos recomendaran alguno barato. Nos marcaron uno en el mapa y fuimos para allá.



En el momento en que los edificios empiezan a convertirse en chabolas y las calles de 4 carriles en caminos de tierra medianamente asfaltados, te empiezas a preguntar si no estarás saliendo de la ciudad. Entre un par de callejas encontramos el supuesto sitio del masaje, aunque no había más que casuchas, unos tailandeses jugando al futvolei este (que se juega mucho allí) y unas mujeres sentadas en el suelo hablando.


Le preguntamos a las mujeres que dónde estaba el sitio ese, y se les iluminó la cara y nos cogieron las manos y nos metieron en una casa donde había 4 colchonetas y unas 7 mujeres tumbadas viendo la tele. Nos llevaron hasta un cuartito y nos dieron unos pantalones cortos EXTRAgrandes, y nos dijeron "no-shirt".


El ninja y yo nos miramos un poco extrañados pero obedecimos. Luego nos sacaron de allí y nos subieron por unas escaleras de madera hasta una sala con un 2 pintado en la puerta. Entramos y de golpe nos atizó un olor fortísimo a incienso y aceites de estos de los masajes. En la sala apenas iluminada y decorada con paredes rosas (?) había unas 5 colchonetas y un chino recibiendo un masaje. Nos tumbamos allí y dos señoras mayores empezaron a darnos el masaje tailandés.



Empezaron con una pierna, y estuvieron 15 minutos masajeando la misma pierna (no es broma que tenía el reloj encima de mi cabeza). Tiraban, pegaban, extrujaban... durante 2 horas estuvimos allí metidos. Al parecer a las señoras les parecimos divertidos y trataron de enseñarnos algo de tailandes mientras nos retorcían la espalda. Que si kapumkap es zenkiuuu, que si sabadikap es gudmorniiin, y poco más.

Otras mujeres que venían a dar masajes a otros clientes también se reían con (de?) nosotros, y algunos clientes también.

Salimos de allí nuevecitos y la verdad es es sitio más barato que visitamos, que luego nos fuimos fijando en precios durante todo el viaje y en ningún sitio encontramos lo mismo (unos 5€ por 2 horas).



Nuestro cuarto de baño del hostel. Entrar ahí era ya toda una aventura.





Fuerzas de la ley y el orden





Oh, claro, por supuesto





PD: Tengo mucho que contar, pero no sólo del viaje!! Puede que actualice un par de veces estos días, que todavía faltan el desenlace de los robots y la tortilla japonesa!

1 comentario:

  1. Estoy ansioso de que actualices! aunque no comente mucho, no me pierdo una! =)
    Ah! y no te cortes poniendo documentos gráficos aunque sean vídeos de 12 segundos... ^^

    Un abrazo. Espar

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