26 de Enero
Cuando me desperté, Simpei no estaba. No era la primera vez, él se levantaba siempre primero (es lo que tiene ser un ninja). Salí y pedí el desayuno a la propietaria, que cogió la moto y se fue hacia el pueblo y allí me quedé esperando, delante de la playa.
Poco después oí una moto llegar y creí que era la propietaria, pero resultó ser el ninja que la había alquilado.
Despues de desayunar sacamos el mapa y nos propusimos recorrernos la isla con la moto, cruzando por el interior y yendo de playa en playa.
Al principio la cosa fue bien.
Cogimos la única carretera que atravesaba la isla y bajamos al pueblo donde nos había dejado el ferri. Por el camino paramos a ver una de las muchas cataratas que hay en la isla, la de Phaeng Noi.
Seguimos trayecto y paramos a comer en un puestecito al aire libre en mitad de la carretera. Al acabar de comer las propietarias nos dijeron que las siguiéramos a la trastienda y nos presentaron a su mascota:
Siguiendo el mapa nos metimos más hacia dentro de la isla. Al llegar hacia el centro, tomamos dirección este y la cosa empezó a ponerse regulera. El asfalto dio paso a la tierra, las piedras, raíces y sobretodo muchos baches, que el ninja parecía ignorar. Como os podéis imaginar, conducía él, ya que yo con las motos, y nunca mejor dicho, soy un paquete.
Seguimos dirección a una delas playas del este, y llevábamos un río a nuestro lado. Cada poco tiempo algunos letreros informaban de cataratas, con lo que dejábamos la moto, nos metíamos un poco en la selva y las veíamos. Así pudimos ir siguiendo el río hasta la playa.
Al llegar a una bifurcación, nos paramos a mirar el mapa y Shimpei, mirando al cielo sentenció:
-Va a llover en 10 minutos.
Es cierto que estaba nublado, pero llevaba así casi todo el día. Sin embargo el chico aparcó la moto debajo de un merendero y allí nos quedamos.
Efectivamente 10 minutos después empezó a llover. ¡Y qué manera de llover!
Desde el merendero que nos salvó de acabar empadapados
Poco después dejó de llover y seguimos hasta la playa. Llegamos, la vimos, nos dimos un paseillo alrededor y de nuevo a la moto.
Si los caminos de por sí ya estaban mal, con barro y charcos ya eran la leche. A Shimpei todo aquello parecía divertirle aún más, y el tipo venga a pisarle a la moto.
Se le quitó un poco las ganas de jugar cuando nos encontramos a una pareja alemana con la moto rota a causa de un bache y una caída. Aún así y aunque fuéramos despacio yo al día siguiente tenía agujetas en los dedos de agarrarme fuerte a la motejo.
Al pasar por el centro de la isla, que estaba más elevado, se nos vino encima la niebla también. Es que una tormenta tropical sin niebla no es nada claro.
Poco a poco volvimos y atravesamos la isla hacia el oeste. La tormenta también. Nos iba pillando cada rato. Nos refugiamos en bares, cabañas y en una tintorería que había en mitad de la carretera (vaya lugar más apropiado).
Por último llegamos a la costa oeste y fuimos a un lago que hay allí. Cuando estábamos en el lago se agarró a llover y acabamos en un bar de playa que había cerca. Allí nos cayó la buena buena.
Volvimos por la noche al bungalow y pedimos la cena. La mujer volvió a irse (resulta que se iba a por los ingredientes al pueblo) así que estuvimos esperando como una hora a que nos la trajeran. Mientras tanto nos dedicamos a jugar con su hijo que siempre andaba por allí.
Tras la cena nos fuimos al pueblo (llámalo pueblo llámalo 3 calles mal puestas) y unos tailandeses que tocaban la guitarra y bebían nos invitaron a unirnos a ellos. Estuvimos allí un rato y luego nos recomendaron un bar al que ir donde tocaban música en directo.
El lugar era una cabaña enorme donde la gente bebía y había instrumentos. A modo de jam, cada uno cogía alguno y se tocaba alguna canción. Volvimos a ver al español que habíamos conocido en la camioneta y nos presentó a más españoles, dos de ellos valencianos. Tras hablar un rato con ellos resultó que conocían a la amiga de Marina (con la que estuvimos en Phi Phi unos días atrás) y uno de ellos era el guitarrista de la Pulquería. (!!!).
Al cabo de un rato nos fuimos a dormir, que al día siguiente nos tocaba día de viaje...
Ruta de evacuación en caso de Tsunami
Coches llenos de maletas, familias despidiendo a sus hijos universitarios y bares llenos! Mañana empieza la universidad!! WUaaa!!
Se me acaban las vacaciones (desde el 18 de Diciembre, ya era hora) a ver cómo se da este curso! (sin robots, pero con algo de química...)
ninjas...
ResponderEliminarMe parece todo demasiado increible.... =)
ResponderEliminarAH! gracias por sacarte en el retrovisor de la moto, todo un detalle...xDD :P
Pues qué originales que el mono tenga a un ninja como mascota!!!!!.
ResponderEliminarY en cuanto a la tintorería en mitad de la nada, pues normal, para los que van por allí en moto y les pilla la tormenta, ¿qué vas a necesitar?, ¡pues ropa limpia y seca!... qué previsores estos de los ojos rasgados.
Un besote
el de la pulqueriaa!!! jaaaa malditas casualidades!! lo son o no??
ResponderEliminarque buenooo todooo
¿Por qué lado conducen allí? En los caminos, vale, por donde se pueda. Pero en las carreteras, unas veces os adelantan por la derecha y otras por la izquierda. ¿Cada uno va a su bola?
ResponderEliminarYO QUIERO UN MONO DE ESOS!!!!!!
ResponderEliminarcómo va esa actualización? el nuevo cuatrimestre no te deja tiempo? se ha convertido en una nueva UPV?
ResponderEliminar¿Hola?
ResponderEliminar